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Algunas cuestiones durante el periodo que ocupó el director Nacional de Aduanas capitán de navío Mario Ramón Paillas…

La actividad contra el contrabando fue la primera preocupación del nuevo Director Nacional. 

En noviembre de 1959, ocurrió un episodio que a medida que pasaron los días y las revelaciones adquirían importancia, el periodismo lo bautizó como “El caso Todres”.

Para la opinión pública todo comenzó el 15 de noviembre durante la sesión extraordinaria de ese día en la Cámara de Diputados de la Nación. En determinado momento, haciendo uso de la palabra el diputado Salvador Valle de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) de Córdoba, y presidente de la “Comisión de Represión del Contrabando”, decía:

“Hace varios días que esta comisión está investigando todo lo relacionado con un crédito irrevocable otorgado por el Banco Israelita a la firma Domino S.A.I.C., firma que abrió primero un crédito irrevocable por 100.000 dólares y que luego amplió a 1.000.000”.

“La comisión no puede traer en este momento las pruebas concretas de este affaire, pero en las dos últimas horas han ocurrido hechos que tengo la obligación de denunciar. Integrantes de esa firma se han apersonado a miembros de la cámara, entre ellos al diputado Agustín Rodríguez Araya y han ofrecido dinero para que levantemos la interdicción sobre las mercaderías de la misma, dispuesta por este organismo parlamentario. A juicio nuestro, el valor de esas mercaderías sobrepasa los 100.000.000 de pesos”.

“Estos señores para materializar la coima, han traído al edificio del Congreso una suma de dinero que asciende a medio millón de pesos”.

Haciendo uso de la palabra el diputado Rodríguez Araya, de inmediato, con gesto dramático, exclamó golpeando su pupitre con el gran fajo de billetes que sostenía: “Aquí está el medio millón que, en el día de hoy, en el propio recinto legislativo se me entregó a cambio del levantamiento de una consigna policial dispuesta por la comisión de contrabando”.

Más tarde narró que el 5 de ese mes una relación, la de Roberto Simón Berestein le había presentado a Isidoro Benito Daus, quien le aseguró que era un “perseguido de la comisión de contrabando». Pero este señor Daus, según lo afirmará el propio diputado Rodríguez Araya, no era otra cosa que un “personero de los hermanos Torres que tienen varias firmas y se dedican a estafar al fisco mediante la introducción de mercaderías de contrabando, obteniendo permisos de importación y realizando todo acto de delincuencia que esté a su alcance”.

 

Continuará…

Buena lectura, hasta la próxima!