De la mano de la historia… Conocer el pasado, para comprender el presente y proyectar el futuro.

La Aduana de Buenos Aires… y la Revolución de Mayo

Esa Revolución seguramente constituye el punto de partida de un nuevo espíritu, en ese nuevo orden se debieron reorganizar las instituciones administrativas y transformar la Aduana en concordancia con el espíritu revolucionario de la época que se encontraba alcanzado del liberalismo filosófico y político vigente.

1810 marcó el fin del vínculo colonial con España y la sanción de un Reglamento Provisorio que determinaba la libertad comercial reconociendo también a las rentas de Aduana como la principal fuente de sostenimiento económico para el nuevo gobierno y la Aduana como institución fundamental para la administración de esas rentas. Así, fue fuente única de ingresos, debiendo la Aduana del puerto de Buenos Aires financiar el aparato estatal heredado de la Colonia, costeando a su vez la expansión de la provincia más próspera.

En 1826 fracasaron distintos intentos para unificar las Aduanas Interiores del territorio, recién en 1852 después de la caída de Rosas, en el Acuerdo de San Nicolás, se determinó que los impuestos de Aduana en las importaciones y exportaciones tendrían carácter nacional y que las mercaderías de origen extranjero, una vez nacionalizadas, podrían transitar libremente de una provincia a la otra.