De la mano de la historia… Conocer el pasado, para comprender el presente y proyectar el futuro.

La Aduana… año 1892, como consecuencia de las elecciones programadas asumen como presidente y vice Luis Sáenz Peña y Jose Evaristo Uriburu

A pesar del cambio presidencial, continúa como Administrador de Aduana el Coronel Baibiene. Los avances de las obras del puerto hicieron que se desocupara la Aduana Taylor, para en 1894 comenzar a demoler los pisos superiores hasta ser derribado.

En 1895 Eduardo de Ezcurra manifestaba, “El histórico muelle del Semicírculo de la Aduana, ha venido a quedar sepultado bajo los Diques, conjuntamente con el de Pasajeros y el famoso de la Empresa de las Catalinas al Norte. Hoy son solo un recuerdo y entonces fueron de una utilidad relativa para las embarcaciones de poco calado y como de descarga en cuanto al tiempo y el espacio, que había conducido la carga de los grandes buques con y sin privilegios de paquetes fondeados en la rada exterior a treinta kilómetros de la costa,

(…) Muelles, lanchas, carros, río, carga, descarga, todo, todo se ha transformado merced a la acción del tiempo, al impulso de nuestros adelantos materiales y morales, a la posesión y posición del gran puerto de la Capital.

Las mercaderías que se introducen del extranjero para el consumo de la plaza, y los productos del país que salen del mismo para ser colocados en los mercados del exterior ya no tienen que sufrir la odisea de otros días, tanto para ser aduanados en los almacenes de Estado, como para ser llevados a los buques conductores”.

Pero ese mejoramiento operacional no hizo que las maniobras del delito de contrabando disminuyeran, así en ese año, 1895, dos fueron los ilícitos descubiertos que se destacaron del resto…